[AUDIO EN BLANCO] ¿Qué hemos visto en este capítulo dos? Vamos en la mitad. Lo que hemos visto hasta el momento es que, primero, el conocimiento experto, lo que enseñamos en clase matemáticas, lenguaje, ciencias no es todo lo que sabe el ser humano, y después vimos el conocimiento social. Lo que es la cultura, cómo relacionamos, cómo funcionamos dentro de una sociedad. Lo que viene ahora es lo más fascinante, lo que nunca hemos visto, lo que no se habla. Nuestro cuerpo, este cuerpo tiene mucho conocimiento. Y quiero que tomen consciencia porque nuestros pobres niños están sentados un, dos, tres momias. Y tienen que dejar su cuerpo guardado fuera de la sala de clase. Quiero que tomen consciencia del cuerpo de los niños y se den cuenta qué es el conocimiento del cuerpo. Voy a leerles algo que puede ser un poquito más complejo pero que me parece muy interesante porque realmente en la esencia de lo que nos hemos olvidado. Así habló Zaratrustra, de Friedrich Nietzsche. Quiero dar mi consejo a los denigradores del cuerpo. No deben cambiar de método de enseñanza, sino únicamente despedirse de su propio cuerpo y así hacerse mudos. El niño se expresa así, yo soy cuerpo y alma. ¿Y por qué no expresarse como los niños? Quien está despierto y consciente exclama todo yo soy cuerpo y ninguna otra cosa. El alma solo es una palabra para una partícula del cuerpo. El cuerpo es un gran sistema de razón, una multiplicidad con una sola dirección, una guerra y una paz, un rebaño y un pastor. Instrumento de tu cuerpo tal es también tu pequeña razón, que tú denominas espíritu, hermano mío, pequeño instrumento y pequeño juguete de la gran razón. Dices yo y te sientes orgulloso de esta palabra. Pero, aunque no quieras creerlo, lo que es mucho, mucho más grande es tu cuerpo y su gran sistema de razón él no dice yo, pero él es yo. Lo que experimentan los sentidos, lo que reconoce el espíritu, no tiene jamás fin en sí. Pero los sentidos y el espíritu querrían convencerte que ellos son el fin de toda cosa, tal es su vanidad. Solo son instrumentos y juguetes los sentidos y el espíritu. Detrás de ellos todavía se encuentra el ser. El ser, él también, busca con los ojos de los sentidos y escucha con los oídos del espíritu. El ser siempre busca y escucha: compara, somete, conquista y destruye. Reina y domina hasta sobre el yo. Detrás de tus pensamientos y de tus sentimientos existe un señor más poderoso, un sabio desconocido, se llama el ser. Vive en tu cuerpo; es tu cuerpo. Hay más razón en tu cuerpo que en la mejor sabiduría. Permítanme detenerme y quiero que vean lo siguiente, todo yo soy cuerpo y ninguna otra cosa. El alma solo es una palabra para una partícula del cuerpo. Sí, el que está hablando ahora es mi cuerpo, sí, mis palabras se tomaron mi cuerpo. Pero es mi cuerpo es el que está hablando. Dices yo y te sientes orgullosa palabra. Pero, aunque no quieras creerlo, lo que es mucho, mucho más grande es tu cuerpo. y su gran sistema de razón, él no dice yo, pero él es yo. ¿Quién soy yo, mis palabras? No, ¿quién se está moviendo, quién está articulando, quién está parado delante de ustedes? ¿Quién está haciendo esta clase, mis palabras? No, mi cuerpo ¿Quién tienen delante? Tienen el cuerpo del niño delante ustedes. Detrás de tus pensamientos y tus sentimientos existe un señor más poderoso, un sabio desconocido: se llama el ser. Vive en tu cuerpo; es tu cuerpo. Hay más razón en tu cuerpo que en la mejor sabiduría. Quiero que tomemos consciencia ahora de esta sabiduría del cuerpo. Fíjense la sabiduría que tenemos el Chino Ríos, el tenista más importante que ha tenido Chile, fíjense que él está jugando tenis. Y quiero que tomen un poquito de consciencia, no se lo voy a hacer muy difícil. Miren cómo está mirando la pelota en ese instante, él se está moviendo con una cierta velocidad hacia el costado, y la pelota está llegando hacia él, entonces, en términos físicos podríamos decir que él se está moviendo con un vector hacia la izquierda y la pelota viene con cierta velocidad V1 vectorial, verdad, la podemos ver en el costado izquierdo. Y lo que él hace ahora es descubrir que su adversario se está moviendo con un vector, en una velocidad vectorial V3 hacia el costado y lo que él tiene que hacer es resolver un conjunto de ecuaciones muy complejas para pegarle a la pelota de tal manera que le dé con un vector V4 y lo lleve a un punto en donde el adversario no puede llegar. Ustedes dirán, el profesor delira, delira el profesor Chino Ríos jamás ha resuelto esas ecuaciones, el Chino Ríos ni siquiera entiende lo que está hablando. Tienen toda la razón. Estoy delirando, el Chino Ríos no modela el problema tecno físico, lo que hace el Chino Ríos es haber entrenado su cuerpo, su cuerpo tiene toda la inteligencia del tenis, es su cuerpo, es su cuerpo que no resuelve ecuaciones diferenciales. Lo que hace su cuerpo, es a través de todos esos partidos, a través de todos esos cientos de miles de horas de entrenamiento obtuvo la sabiduría para pegarle a la pelota y llegar donde tenía que llegar. Yo les pregunto a ustedes, ¿ustedes conscientemente pueden dar la vuelta a la esquina a 240 kilómetros por hora, es decir a 66 metros por segundo? Por supuesto que no, pero eso es lo que hace un corredor de fórmula uno. Un corredor de fórmula uno da la vuelta esas vueltas que dan a 66 metros por segundo. Imagínense, casi una cuadra por segundo, y eso no lo hacen con la cabeza. Es el cuerpo, es el cuerpo que tomó control del automóvil. Y no las palabras, es decir, nosotros razonamos más allá de las palabras. Nuestro cuerpo tiene sabiduría, sólo que en el sistema escolar, por desgracia, el cuerpo lo dejamos afuera. Y yo los estoy invitando a que consideremos ese cuerpo. Vean la siguiente pregunta y seguimos conversando.