[MUSIC] Bueno ahora vamos a la tercera parte del ejercicio. Si tú has ido haciendo tus recetas, puedes también seguir este ejercicio para intercambiar tu receta buena y que quede instalada en lugar de la mala. Y luego ponerlo a prueba la siguiente vez que tengas la ocasión de usarla, que seguramente será pronto si elegiste una cosa importante y frecuente en tu vida. Entonces, vamos a seguir con el ejemplo de Héctor. >> Perfecto. >> Muchas gracias, Héctor. >> Con gusto, Maite. >> Héctor, lo que vamos a hacer ahora es que te voy a invitar a que vayas a un sitio virtual que es tu sitio de recarga. Yo te voy a guiar para ir ahí, y cuando lleguemos al sitio de recarga te voy a guiar para que cambies la receta mala por la buena. Y lo que estás es mandándole a tu cerebro la señal de que la siguiente oportunidad en la que quiera empezar a armar la receta mala, arme la buena. Vamos como que a rayar el disco. Pues si ustedes son del siglo pasado como yo. [LAUGHS] >> Y como yo. >> Tenían discos que se rayaban y que uno no podía oír la música. >> Sí, de acuerdo. >> Lo que vamos a hacer es eso, rayar el disco. >> Perfecto. >> Para que you como que tu propia receta maluca no logre salir porque you la rayamos. ¿Okay? >> Excelente. >> Bueno. Entonces, lo que vamos a hacer es que pon los pies sobre el suelo, y pon la espalda recta, ponte en una posición en la que te sientas alerta y, a la vez, relajado y vas a respirar. Y vas a notar tu respiración, vas a poner atención en tu respiración como si fuera un colchón en el que te recargas. Y hacer un pequeño escán, como el que hicimos en el módulo pasado, de todo lo que está pasando en tu cuerpo en diferentes sitios. Vas a notar el peso de la gravedad, por ejemplo, en los hombros, en la espalda, en la cola, cuando te sientas sobre la silla, en el suelo. Y vas a respirar, notando cosas que pasan en distintos sitios de tu cuerpo, puede ser en la cabeza, en el cuello, en los brazos, en el tórax, en las piernas, en los pies. Y te voy a invitar a que te imagines cómo cuando eras pequeñito que ibas a un parque y había un tobogán, que en México se llama una resbaladilla, y que en Colombia se llama un rodadero. Y entonces te vas a montar en un tobogán muy alto y te vas a tirar por ese tobogán, así, dejar ir, y sentir el vientecito en tu cara muy agradable, y vas a bajar por ese tobogán, bajar por ese tobogán, y vas a llegar al final a un sitio, que es tu sitio de recarga. De pronto es un sitio que conoces verdaderamente, en el que has estado, pero quizás no, quizás es un sitio imaginario. Puede que haya un mar ahí para ti, o unas montañas, o es una casa, la casa de tus abuelitos, algún sitio en donde te sientes muy bien, en donde todo lo que pasa en ese sitio te recarga, te da. Tú no tienes que dar nada, nada se espera de tí en ese sitio, solo que recibas y que todo, la temperatura es la correcta, el olor es el olor más rico para tí, las luces tal como te gusta, todo es como te gusta. Y entonces cuando estás en ese sitio de recarga, te voy a invitar a que volvamos a traer la mala receta tuya, la receta del papá autoritario, o del papá gruñón. Y tú tienes esa receta del papá gruñón, era una foto, en colores pero con una luz opaca, artificial pero opaca. Era una receta en donde había mucha actividad física, mucha actividad como de un calor que empezaba en las piernas y subía, y entonces trae esa receta, tráela a ti. Acuérdate también que había un diálogo mental fuerte en el que te decías muchas cosas. Y lo que yo voy a hacer ahora es que voy a invitarte a sustituirla por la buena receta. ¿Okay? Entonces, lo primero que te voy a invitar a hacer es a ponerle movimiento, you no es una foto, ahora es una película. En esa foto tú antes veías sin tanta nitidez las imágenes que estabas viendo, y ahora lo ves con una nitidez increíble, ves a tus hijos ahí con una nitidez total. Además, las sensaciones que tenías, bueno, vamos todavía a lo que ves. La luz es una luz diferente, es una luz mucho más brillante, y no solo eso, sino que el tamaño es más grande, es como el tamaño natural. Como nos vemos normalmente, y ves de verdad todos los detalles con mucha nitidez. El otro elemento en el que te vas a concentrar es que esa tensión que sientes la vas a convertir en una tensión súper agradable, que es una tensión completamente diferente, porque es la tensión de la conexión con tus hijos. De la presencia en ellos, lo que está pasando con ellos, lo que es importante para ellos. Una conexión total con ellos, que te produce una tensión, de hecho necesitas bajarle el volumen al diálogo mental, y le vas a bajar el volumen. Te vas a imaginar como le bajas el volumen a un aparato de música, y se lo vas a bajar, [SOUND] Todo se lo vas a quitar, como cuando le quitas el micrófono a una conversación, ay, qué delicia, no hay más ruido en tu cabeza. Y ahora sí que te puedes concentrar en ellos, te puedes concentrar en tus hijos, en la conexión presente, adecuada, compasiva, es una sensación absolutamente diferente. Y esta es la sensación que tú necesitas tener y que tú quieres tener en los momentos en los que necesitas que tus hijos hagan ciertas cosas con cierta rapidez, que el tiempo de los niños siempre es un poquito diferente. Pero éste es exactamente el poder que necesitas, ésta es la fuerza, la presencia, el cariño, la conexión, el amor, la compasión. Esto es exactamente lo que necesitas para lidiar con esas situaciones maravillosamente. Entonces, vamos a aumentarlo incluso, vamos a darle como algo que haga más fuerte la sensación. Si quieres en este momento crear un ancla, como hacerte un pellizquito en algún sitio, que la siguiente vez que lo necesites puedas pellizcarte ese dedo, no sé. Sí, exacto, pellízcate fuerte un dedo, y ahí queda el ancla de este traje emocional super recursivo, que es el traje de la conexión adecuada, de la conexión presente. De la conexión que sí, y entonces con esta fuerte sensación del traje emocional puede regresar ahora con una sensación de bienestar inexplicable. Esa es una forma de interponer una receta a otra y hay otras, ustedes podrían investigarlas. Pero este es un ejercicio para cambiar las sub modalidades de recetas y quedar con la receta apropiada, fuerte, útil, y you, la podemos poner en acción. >> Perfecto. Te contaré cómo me va Maite. [LAUGH]. >> Me cuentas Héctor. >> Muchas gracias. >> Muchas gracias. >> Gracias.